La tricomoniasis es una de las enfermedades más comunes del tracto genitourinario y ocupa el primer lugar entre todas las ITS. La tricomoniasis afecta aproximadamente a 170 millones de personas en todo el mundo cada año. La tricomoniasis afecta tanto a mujeres como a hombres con la misma frecuencia. En las niñas, la infección por tricomonas es extremadamente rara.
La frecuencia de portadores de Trichomonas, según diferentes autores, oscila entre el 2 y el 40%. La importancia del problema se debe no solo a la infección generalizada, el peligro para la salud del paciente, sino también a las graves consecuencias en forma de complicaciones que pueden causar infertilidad, patología del embarazo, parto, feto, etc.
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Etiología y patogenia
La enfermedad se caracteriza por lesiones múltiples de varias partes del sistema genitourinario, un curso prolongado y una tendencia a la recaída (exacerbaciones repetidas). Las más comunes son vaginitis (inflamación de la vagina), uretritis (inflamación de la uretra), cervicitis (inflamación del cuello uterino). La infección con tricomoniasis ocurre en un paciente, a menudo con relaciones sexuales sin protección. Las mujeres que mantienen relaciones sexuales ocasionales sufren de tricomoniasis 3,5 veces más que las que tienen una sola pareja sexual. En profesionales del sexo, personas con otras enfermedades de transmisión sexual y parejas sexuales de pacientes, su frecuencia alcanza el 70%.
El agente causal de la tricomoniasis urogenital es Trichomonas vaginalis. Solo tres tipos de Trichomonas parasitan en humanos: urogenital, oral e intestinal. Trichomonas urogenitales, una especie independiente, en condiciones naturales viven solo en el aparato genitourinario humano y no afectan a los animales. El sitio de introducción principal de Trichomonas en las mujeres es la membrana mucosa de la vagina. El período de incubación de la tricomoniasis aguda tiene un promedio de 5 a 15 días. Las quejas ocurren poco después de una relación sexual casual. En la tricomoniasis aguda, el proceso inflamatorio avanza rápidamente, con abundantes secreciones irritantes de la piel y picazón severa de los genitales externos. Ardor y dolor al orinar. Los síntomas clínicos del proceso inflamatorio son más pronunciados después de la menstruación. Con la transición de la infección a la etapa crónica, hay una disminución gradual de los síntomas agudos. Sin embargo, pueden ocurrir exacerbaciones periódicas, que en la mayoría de los casos son causadas por relaciones sexuales, consumo de alcohol, disminución de la resistencia del cuerpo, deterioro de la función ovárica y cambios en la acidez de la vagina.
La tricomoniasis urogenital crónica suele ser un proceso mixto, ya que Trichomonas sirve como reservorio de clamidias, gonococos, estafilococos y otra flora. Solo en el 10% de los pacientes, la tricomoniasis ocurre como una monoinfección, en el 90% de los casos, se observan infecciones mixtas de tricomonas en combinación con varios patógenos. En la mayoría de los casos, Trichomonas vaginalis se acompaña de micoplasmas, gonococos, gardnerella, ureaplasma, clamidia y hongos. A menudo hay un proceso inflamatorio lento y asintomático.
Por portadores de Trichomonas se entiende la presencia de Trichomonas en el cuerpo humano en ausencia de signos clínicos de la enfermedad; La infección por trichomonas no conduce al desarrollo activo de la inmunidad.
Clínica
El cuadro clínico en las mujeres suele ser más pronunciado que en los hombres. Dependiendo de la ubicación en el sistema genitourinario, los pacientes experimentan colpitis (inflamación de la vagina): picazón, ardor, enrojecimiento de los genitales y el perineo, secreción espumosa amarilla similar al pus de la vagina, dolor tirante en la parte inferior del abdomen, dolor durante las relaciones sexuales coito. Con daño a la uretra y la vejiga: dolor, aumento de la frecuencia y dificultad para orinar.
En la mayoría de los hombres, la tricomoniasis es asintomática. Los hombres pueden ser sus portadores durante toda su vida, contagiando a sus parejas, pero sin sufrir inflamación. Con mucha menos frecuencia, la inflamación se manifiesta en la uretra, la próstata y las vesículas seminales, los testículos. A veces hay una secreción blanca escasa de la uretra o una mezcla de sangre en la orina. Esta imagen se puede observar dentro de 1-2 semanas, y luego los síntomas disminuyen, mientras que la enfermedad se vuelve crónica.
Diagnóstico
El diagnóstico de tricomoniasis causa ciertas dificultades debido al hecho de que esta enfermedad a menudo dura mucho tiempo y es asintomática.
En el examen, las membranas mucosas del vestíbulo de la vagina y la parte vaginal del cuello uterino están inflamadas, hinchadas y sangran con facilidad. En la vaginitis crónica por tricomonas, los cambios inflamatorios locales son ligeramente pronunciados.
Cuando se ve en los espejos, cambios inflamatorios desde enrojecimiento moderado de la bóveda vaginal y el cuello uterino hasta erosión extensa, pequeñas hemorragias y dermatitis del pañal en el perineo. Un síntoma característico, pero no constante, son las lesiones sueltas de la membrana mucosa del cuello uterino de color rojo (cuello uterino «carmesí»). En la región del fórnix posterior, se observa una acumulación de secreciones espumosas líquidas de color amarillo grisáceo, que fluyen libremente de la vagina e irritan la piel.
Además de los métodos de investigación de laboratorio obligatorios (hemograma general, análisis de orina, etc.), se realiza un análisis bacterioscópico de la secreción de la vagina, la uretra y el recto.
También se realiza microscopía de la preparación nativa (sin teñir): el patógeno se detecta por su movimiento entre elementos celulares y microorganismos.
Si hay indicaciones, se llevan a cabo las siguientes:
- método cultural (material de siembra en medios nutritivos);
- PCR (reacción en cadena de la polimerasa).
Además, si hay indicaciones, se realiza una colposcopia: en la membrana mucosa de la vagina y la parte vaginal del cuello uterino, se encuentran hemorragias puntiformes (un síntoma de un cuello de «fresa»).
Tratamiento
Los métodos modernos de tratamiento de la tricomoniasis se basan en el uso de medicamentos específicos contra la tricomoniasis.
En el tratamiento de la tricomoniasis, se deben observar los siguientes principios:
- La terapia es realizada por ambos socios al mismo tiempo, incluso si el patógeno no se encuentra en uno de ellos.
- En el momento del tratamiento, se recomienda suspender la actividad sexual.
- Eliminar factores que reducen la resistencia del organismo (comorbilidades, hipovitaminosis)
- El tratamiento local debe prescribirse simultáneamente con medicamentos sistémicos.
Después de completar la terapia local, se recomienda usar preparaciones biológicas bacterianas que contengan lacto o bifidobacterias localmente para restaurar la microflora vaginal. La introducción de cultivos vivos de bacterias del ácido láctico en la vagina es un «trasplante» de estos microorganismos, y su supervivencia depende en gran medida del estado de inmunidad local y del estado endocrino.
El proceso inflamatorio crónico causado por la tricomoniasis en el 90% de los casos procede como una infección mixta (mixta). Los cambios que se desarrollan en el cuerpo de los pacientes debido a una infección mixta y que son difíciles de corregir con agentes terapéuticos contribuyen a las exacerbaciones repetidas de la enfermedad, su curso persistente. Los medicamentos que actúan sobre Trichomonas no afectan la flora vaginal concomitante, lo que contribuye al desarrollo del proceso inflamatorio. El proceso inflamatorio posterior se diagnostica en el 15-50% de las mujeres después del tratamiento de la tricomoniasis. Además, la terapia de la tricomoniasis con fármacos específicos conduce a la liberación de la flora que se encuentra en el interior de Trichomonas y al mantenimiento del proceso inflamatorio. Con procesos mixtos, las complicaciones en los pacientes se observan con el doble de frecuencia y son de naturaleza más profunda. Las recaídas ocurren en el 20% de los casos.
En entornos ambulatorios con infecciones mixtas, se recomienda el uso simultáneo de fármacos antitricomonas con fármacos que actúan sobre la flora asociada.
Control de curación
La cura de la tricomoniasis se establece mediante métodos de investigación bacterioscópicos y culturales. El material para el estudio debe ser tomado de pacientes de todas las lesiones. El primer estudio de control se lleva a cabo 7-8 días después de la finalización del tratamiento, el segundo, inmediatamente después de la próxima menstruación.
Una mujer debe estar bajo la supervisión de un médico durante 2-3 meses. Para personas con una fuente de infección no identificada, el período de observación de control se aumenta a 6 meses.
Criterios de curación
Al establecer criterios para la curación de la tricomoniasis, se debe distinguir entre recuperación etiológica y clínica. Los pacientes se consideran curados si, después del final de la terapia compleja, con exámenes repetidos repetidos, se observa lo siguiente:
- la ausencia de Trichomonas en el estudio de secreción de la uretra, vagina, recto;
- ausencia de signos clínicos de infección por Trichomonas;
- resultados favorables de estudios clínicos y de laboratorio, que indican la normalización de la microflora de la vagina, dentro de 2-3 ciclos mensuales.
Breve resumen
Etiología y patogenia | La enfermedad se caracteriza por lesiones múltiples de varias partes del sistema genitourinario, un curso prolongado y una tendencia a la recaída (exacerbaciones repetidas). |
Clínica | El cuadro clínico en las mujeres suele ser más pronunciado que en los hombres. |
Diagnóstico | El diagnóstico de tricomoniasis causa ciertas dificultades debido al hecho de que esta enfermedad a menudo dura mucho tiempo y es asintomática. |
Tratamiento | Los métodos modernos de tratamiento de la tricomoniasis se basan en el uso de medicamentos específicos contra la tricomoniasis. |
Control de curación | La cura de la tricomoniasis se establece mediante métodos de investigación bacterioscópicos y culturales. |
Criterios de curación | Al establecer criterios para la curación de la tricomoniasis, se debe distinguir entre recuperación etiológica y clínica. |